viernes, 18 de julio de 2014

DESDE MI SOFÁ


Hoy domingo día 3 de julio es el cumpleaños de una de mis amigas: Se le ha ocurrido que para celebrarlo podíamos ir a la playa. Hace un calor espantoso y a mi no me apetece nada, les pongo la disculpa de que no me encuentro bien. ¡Con lo a gustito que podíamos haber estado en el cine, o en cualquier cafetería con el aire acondicionado! Pero bueno, ellas que hagan lo que quieran, yo me quedaré en casa para estar bien descansada, mañana es día de currelo. Después de comer me preparo un café y bien acomodada en el sofá, me dispongo a ver la televisión. La enciendo y salen los odiados anuncios, no los puedo aguantar, hago zapping y al final encuentro una cadena, en la cual, está empezando una película. No me suena el nombre de ninguno de los actores, pero espero a que empiece. Ya de principio veo un paisaje que me parece conocido; no puede ser (me digo), allí no han hecho nunca ninguna película. Sigo mirando con los ojos como platos y con la piel de gallina, a pesar de los años transcurridos reconozco a mi padre y a su hermano pequeño. Me froto los ojos y sigo mirando, mi padre le habla a mi tío: <<Oye, no vayas a meter la pata, yo voy a ver a mi novia, pero hay una prima suya que, a lo mejor te conviene>>. Los dos van recorriendo el valle sembrado de trigos que están empezando a espigar. Mi tío dice: <<Este trigo nuestro tiene buena pinta, a ver que tal se porta el verano>>. Mi padre contesta: <<Espero que bien, tenemos que sacar para pagar el traje y los gastos de mi boda, hoy le pediré a Valentina que se case conmigo>>. Al cruzar el recodo que lleva hasta el río y a pesar de todo el calor que hace también en mi casa, no puedo menos que sentir un gran escalofrío. La torre de la iglesia y algunas pequeñas casitas de mi pueblo asoman en la loma. Mi padre y mi tío suben silenciosos por la gran cuesta camino al pueblo. Al llegar dice mi padre: <<Las mozas estarán a punto de salir del rosario, yo iré a buscar a Valentina, tú quédate un poco rezagado>>. Mi tío asiente y de momento entra en la taberna. En el valle hacía mucho calor y le vendrá bien un vasito de vino.
   La gente ya ha salido de la iglesia y las mozas están todas juntas riéndose, como chicas jóvenes que son. Mi padre se acerca a mi madre que ha salido del grupo al verle. <<Hola –dice mi padre–, veo que esto está muy animado>>. <<Sí –dice mi madre–, cuando te han visto, alguien ha comentado: dentro de nada tendremos boda y las demás se han reído>>.
   Mi padre parece haberse quedado mudo. Yo alucinada en mi sofá espero anhelante, no puedo más y digo en alta voz:
   –Anda hombre, no te olvides a lo que has venido.
   Mi padre resuelto, al fin pregunta, <<¿y a ti que te parece?>>. Mi madre sonríe y le da la mano. Juntos pasean por el pueblo, seguidos de mi tío y la prima de mi madre.
   Poco tiempo después…

Enhorabuena, los amores cuajaron,
cada cual en su día ya se casaron.
Y desde el valle se oyen sonar campanas,
 están tocando a boda en Castrillo y Carrias.

   La película me ha gustado a rabiar y me pongo a aplaudir como una loca. Al poco rato veo que la televisión sigue encendida y mi mente embotada por el sueño no acaba de reaccionar. Ha sido una bella historia y creo que este sueño no se me olvidará nunca.

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