El padre de Carlota decía muchas veces: <<La vida no es ni buena
ni mala, ni triste ni alegre, ni bonita ni fea. La vida es la vida, con
mayúsculas o minúsculas, depende como le vaya a cada uno.
En ese momento pasa un hombre y con malos modos te acusa de robarle la cartera, te dice que llevaba 1000 pesetas y se las tienes que devolver ahora mismo. Tu te quedas blanco como el papel y contestas: <<¡Pero si la cartera la he cogido del suelo y estaba vacía!, no tenía absolutamente nada>>.
Él dice: <<Eso lo dirás tú!, yo he visto como mirabas a todos lados, mientras mirabas dentro de la cartera, ¡ya me estás devolviendo el dinero o llamo ahora mismo a los guardias!>>.
Tu juras y perjuras que no tienes nada, pero el hombre no se baja del burro y ya no sabes que hacer.
Tu cabeza funciona a toda velocidad y le dices: ¡Pues vale, llama a los guardias, que vengan, a ver dónde tengo yo las 1000 pesetas!>>
<<Si, si -contesta el hombre- tu que vas a decir, las habrás escondido entre los pantalones, o en los calcetines, o aunque sea debajo de una piedra, yo que sé, ya me pareció a mí que se las diste a alguien y salió corriendo>>.
Y tu enfadado al fin contestas: <<Pues las habrá cogido él y habrá tirado la cartera. ¿Cómo quieres que yo lo sepa y te de algo que no tengo?>>
<<Tú sabrás lo que tienes que hacer y lo que más te conviene>> -contesta él.
Y tú harto de tonterías decides tranquilizarte, intentando hallar una solución le dices:
<<Verás, no vamos a discutir, la cartera está en el suelo, ¿la he tirado yo, o la has perdido tú?, llama a los guardias, será tu palabra contra la mía, puede que yo te acuse a ti de haberme robado las 1000 pesetas, las huellas de los dos estarán en la cartera, ¿por qué va a ser tuya y no mía?>>
Después de todo, el hombre se echa a reír y contesta: <<Vamos a ver camarada, esto ha sido una pequeña broma, dejemos de mirar si son galgos o podencos, la cartera no es mía ni tampoco tuya y dudo mucho que tuviera dinero, yo he picado como tú y será mejor que nos larguemos, no vaya a venir el verdadero dueño y nos encontremos con un problema que ninguno de los dos hemos buscado>>.
Y casualidades de la vida, algo parecido le pasó a un amigo de Carlota y ésta lo cuenta con tristeza en algunas ocasiones al cabo de los años.
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