¡NUESTRA PESETA!
La rubia peseta inquieta y veleta,
va de mano en mano sin ningún pudor,
es muy arriesgada, no le teme a nada,
se enfrenta a la vida con mucho valor.
Todos la persiguen, todos la desean,
los pobres y ricos ansiosos la esperan.
Va de casa en casa, entra sin llamar,
si alguien la desprecia se vuelve a marchar.
¡Que por interés te quieren!
bien lo decía el refrán,
bien lo decía el refrán,
caprichosa y sin reparos,
con el más rico se va.
con el más rico se va.
La codiciada Peseta,
de cobre, niquel, papel o plata,
de cobre, niquel, papel o plata,
puede ser sin pretenderlo,
grande, pequeña, cara o barata.
grande, pequeña, cara o barata.
Con virtudes y defectos,
cal y arena, sombra y luz,
cal y arena, sombra y luz,
orgullosa y divertida
muestra su cara y su cruz.
muestra su cara y su cruz.
Es traviesa y pizpireta,
se esconde en cualquier bolsillo,
se esconde en cualquier bolsillo,
y por ella baila el perro,
desde un tango a un fandanguillo.
desde un tango a un fandanguillo.
Entra en los salones de reyes y nobles,
la cuenta y recuenta el avaricioso,
por favor la pide la gente más pobre
y su falta enfada al hombre envidioso.
Baila sobre el mostrador
de cualquier bar o taberna,
de cualquier bar o taberna,
escapa con rapidez
y corre sin pies ni piernas.
y corre sin pies ni piernas.
Vuela bien acompañada
a paises extranjeros,
a paises extranjeros,
y le da la bienvenida
gente con mucho dinero.
gente con mucho dinero.
Ella siempre está presente
en las ciudades y pueblos,
en las ciudades y pueblos,
quien no la tiene no gana,
ni en el amor ni en el juego.
ni en el amor ni en el juego.
Gasta sin tino el derrochador,
como una hormiguita
guarda el ahorrador.
guarda el ahorrador.
Nuestra elegante Peseta
con los años ha cambiado,
con los años ha cambiado,
ayer rubia, hoy plateada
y menudita ha quedado.
y menudita ha quedado.
¡Tan coqueta y distinguida!
¡Tan querida y respetada!
¡Tan querida y respetada!
se quedó sin pretendientes
cuando menos lo esperaba.
cuando menos lo esperaba.
Ignorada y dolorida
hacia el abismo ha rodado,
hacia el abismo ha rodado,
ha perdido su valor
y sin piedad le han echado.
y sin piedad le han echado.
Se fue la buena Peseta
¡Quien sabe si volverá!,
¡Quien sabe si volverá!,
ahora es el Euro quien manda
¡Sabe Dios que pasará!
El señor euro no sabe
que nuestra humilde peseta
¡Sabe Dios que pasará!
El señor euro no sabe
que nuestra humilde peseta
será siempre recordada
y la tendremos en cuenta.
y la tendremos en cuenta.
Magnifico homenaje a nuestra querida moneda, que como bien dice al final de la poesia siempre sera recordada lo que no se si sucedera igual con el euro.
ResponderEliminarMe asombra Irene la facilidad que tiene para armar frases y hacer que rimen las palabras.
Saludos.