lunes, 12 de septiembre de 2016

LOS PATOS DEL PARQUE

CUENTO


En el parque hay un pequeño estanque y en el estanque ocho patos, los papás y sus seis patitos. Muchas veces salen a pasear fuera del agua, tienen unos andares muy torpes, pero son muy graciosos y a los niños les encanta verlos.
Pero sobre todo, les gustan a los gatos callejeros, que los miran con sus golosos ojos. Su mamá Pata siempre está vigilante, corren a meterse en el agua y como a los gatos no les gusta mojarse quedan burlados y los papás patos se ríen y les dicen: <<A ver si aprendéis a nadar>>.
Pero los gatos que son muy listos parecen contestarles <<No tengáis miedo, solo queremos jugar>>. Los patos que no son tontos no se fían y esperan a que alguien llegue y mande a los gatos a freír espárragos. Porque los gatos también son un poco cobardes, si ven a un perro, corren a esconderse y entonces los patos salen del estanque y se van al río todo lo deprisa que pueden. ¡Y que gozosos nadan en el río!, es mucho más grande y mucho más largo que el estanque y tiene mucha más agua.
Hay muchos peces, muchos patos con los que pueden jugar y desde allí se ven muchas más cosas. Ayer sus papás los llevaron al molino, allí había mucho grano pero aquel lugar era un poco peligroso. Había dos perros enormes atados con una cadena; que ladraban muchísimo, y los patos después de atiborrarse de grano se marcharon felices de nuevo, nadando y recorriendo el río. A los papás patos les gusta nadar y ahora que sus pequeños van creciendo quieren enseñarlos como son las cosas, y les llevan poco a poco hasta un sitio con muchísima agua y les dicen que es el mar. Aquí hay muchos más peces y mucho más grandes que en el río y unas aves blancas muy grandes que vuelan alto, se llaman gaviotas y se comen a los peces. En el río a veces había barquitas pequeñas que las conducían chicos con remos, pero aquí hay unos enormes barcos que solo verlos dan miedo a los patitos y se alejan cuanto pueden.
Ahora los patitos ya conocen muchas cosas, poco a poco van creciendo y pronto será la hora de que vayan solos, por eso sus padres les llevan de regreso hasta su río. Y cuando les apetece vuelven al estanque a desafiar y a burlarse de sus enemigos los gatos. 

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