lunes, 2 de mayo de 2016

QUÉ COSAS




 Los que nacimos antes de los 50, en aquellos pueblos tan lejanos de la capital, solo veíamos algún coche de vez en cuando, nos faltaban buenas escuelas y otras muchas cosas. No nos faltaba la comida, pero no teníamos caprichos. Podíamos ir con las zapatillas agujereadas pero teníamos carros, mulas y animales para trabajar en el campo. Conocíamos muchas plantas y muchos árboles. No nos hacían falta juguetes, jugábamos mucho con los otros niños en la calle y lo pasábamos estupendamente. Pero claro, a la capital solo se iba al hospital, en caso de enfermedad grave o cuestiones burocráticas. A los niños, como mucho, nos llevaban a comprarnos calzado o ropa a otros pueblos más importantes que los nuestros y veíamos el tren y más coches desde lejos, pero entonces ir a la capital  era un poco especial y claro, en nuestra primera vez todo nos llamaba la atención, ¡había tantas cosas bonitas! No nos extraña, que ahora con la crisis haya gente que ande un poco mal, a nosotros nos enseñaron a ahorrar y a guardar todo (por si acaso), y a veces guardamos demasiadas cosas, que creo que nunca usaremos. Me da un poco de rabia que digan que muchos niños no tienen juguetes, ¡que falta les hace! Nosotros con una caja de zapatos y una cuerda haciamos un camión que era capaz de correr todo lo que nos daban de sí las piernas, otras veces el abuelo manitas te hacía una carretilla con cuatro tablas viejas. Cuando jugabamos a las casitas, con la flor del saúco teníamos sopa de estrellitas, café con otras plantas, con una tiza o una piedra blanca, hacíamos una buena harina,  sal o azucar y con un trozo de teja un estupendo pimentón; los platos podían ser trozos de platos rotos que siempre encontrábamos por los "serenos" y que podíamos guardar en cualquier rincón para otro día. Pero juguetes no tuvimos ninguno, ni paga, ni un pobre triciclo, ni bici; solo una pizarrilla y un triste cuaderno en el que solo escribíamos las cosas de la escuela. Ahora que se usa tanto papel y folios y periódicos y libros y cuentos y móvil y tablet y ordenador ¡y tantas cosas! Ya nos hubiera gustado ver los escaparates y todas las cosas que ven ahora estos pequeñajos y que además todo lo quieren: regalos en el cumple, en los Reyes Magos, Papá Noel, o (como aquí) el Olentzero. También en la comunión, más los gastos de vestidos y restaurante, y ¡hasta vacaciones en la playa! Nosotros no teníamos tantas cosas, solo alegría e ilusión. Ya nos hubiera gustado tener en invierno unas buenas botas, para andar por aquellas calles llenas de barro y nieve. Ahora a todo el mundo le gusta la nieve, a nosotros solo nos tocó sufrirla. Pero como allí todos éramos parecidos nos llevábamos bien y nos ayudábamos, y a pesar de nuestra falta de cultura, formación e información, teníamos mucha más educación y respeto que la mayoría de los chavales de ahora. 
P.D. Los "serenos" eran terrenitos con paja, cercanos a la casa en los que se echaba la basura de las casas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario