1912: año que se restauró la iglesia de castrillo
La abuela decía, que todo lo que
estábamos derrochando y abusando del dinero, lo íbamos a pagar con creces y
solía decir: <<Ya lo veréis, el tiempo me dará la razón>>. Otras
veces añadía: <<Si escucháramos a la gente mayor nos evitaríamos muchos
disgustos. “Enseña más la necesidad que la Universidad”>>.
Ella que era una
mujer de un pueblo remoto, que no tenía más estudios que las cuatro reglas
(como ella decía), supo más que todos los politiquillos mequetrefes y sabihondos.
No había conocido
abuelos y decía muchas veces: <<El
que no conoce abuelo, no conoce día bueno>>. Tenían que ir a una
distancia de 12 o 17
kilómetros para comprar ropa, calzado y otras cosas para
la casa, incluso para cortarse el pelo o sacarse una muela, y también para coger
el autobús o el tren cuando querían ir más lejos.
Pero la abuela
también nos contaba otras historias. Le encantaban los refranes y en cada
conversación siempre cabía alguno, que como ella decía ‘venía al pelo. Se
inventaba cuentos y nos cantaba coplas. A veces se emociona, no recuerda muy
bien algunas cosas y se queda pensativa, como cuando nos cuenta alguna de sus historias o las de
sus vecinos.
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