UNA GUAPÍSIMA CUADRILLA DE CASTRILLANOS
EN SUS BUENOS TIEMPOS
Las chicas han terminado por hoy sus partidas de
brisca, han quedado ganadoras en esta competición pero les queda enfrentarse
con otras jugadoras durante la semana, para saber quien de todas las cuadrillas
es la vencedora y ganadora de su premio. De momento salen satisfechas del bar,
despidiéndose hasta el próximo día. Luisa y Paquita se separan de sus otras
compañeras, cada una se despide y va hacia su propio barrio hasta sus casas.
Ya pasó la semana cultural del centro en cuestión, y las amigas han
empezado a hacer sus paseos y su vida cotidiana. Mientras pasean por el parque,
las amigas, ven a la vecina de Paquita, que con paso decidido se dirige hacia
ellas, y se sientan en el banco más cercano. A la mujer se la ve con mejor
semblante, que la última vez que estuvieron hablando con ella. Cuando la señora
llega, las saluda con una sonrisa, se sienta junto a ellas y hablando tranquila,
les comenta que quiere darles las gracias por su ayuda, que tenía ganas de
verles para despedirse de ellas, ya que tienen intención de marcharse del
barrio y quizás del pueblo, pues su hija se ha quedado en el paro y quiere irse
al pueblo de sus padres para quedarse allí, la chica piensa que los niños estarán
más tranquilos y allí la vida será mas fácil para todos. Les cuenta que su
marido ha estado enfermo, ahora está mejor y más centrado; lo han pasado mal,
pero después de todo, parece que las aguas van volviendo a su cauce. La mujer comenta
que ahora viven donde la hija y seguirá yendo al psiquiatra mientras pueda,
pues siempre hay alguien que necesita ayuda, se despide de las dos y les vuelve
a dar las gracias. La vecina se marcha y las dos mujeres se alegran por ella, ya
que la han visto mucho más animada, y con más alegría. Paquita y Luisa son
amigas desde pequeñas y las gusta juntarse para hablar de cualquier cosa. Cosas
intrascendentes y generales y casi siempre centradas en su pueblo, su familia, los
amigos de su juventud, y hasta los precios de la comida y de la ropa. Pero ellas no
hablan de sus maridos, de su vida privada, de su vida sexual, ni de sexo en general. Cuando ellas
eran jóvenes, ese era un tema absolutamente prohibido en cualquier conversación
y aunque saben que los tiempos han cambiado y esas cosas han dado totalmente la
vuelta, no les gusta entrar en esos temas, porque en aquellos tiempos ellas
estaban totalmente ignorantes y definitivamente reprimidas. Comentan y comparan lo que han
cambiado las cosas en todos los aspectos. Desde que ellas eran niñas y entraban
en su escuelita con sus pizarritas y los cuadernillos, escribiendo con aquellas
plumas llenas de tinta de los tinteros, que estaban colocados en un agujero en
el pupitre, y que tantas veces les caía sobre la mesa o el cuaderno, estropeando
todo su trabajo.
Sobre todo, el cambio ha sido tremendo en el respeto a padres, maestros y gente mayor, la forma de vestir y el comportamiento de algunos jóvenes, en las escuelas y colegios. Ahora también ellas disponen de las comodidades de estos tiempos: tienen sus teléfonos móviles, reciben videos de su tierra, de sus amigos y de su gente. Incluso reciben y envian fotos antiguas de la gente de su pueblo, y se las enseñan a sus hijas que tratan de adivinar quienes son esas personas, porque ahora están totalmente distintas. No les gusta opinar sobre política, ellas nacieron en tiempos que ahora llaman de dictadura, trabajaron duro, pero nadie se metió con ellas y se limitaron a obedecer. Entonces no se votaba y no entienden mucho de temas políticos, pero las cosas que están viendo les parecen absurdas, irreales y hechas por gente tremendamente irresponsable, inmadura, egoísta y calculadora, sin importarles saltar por encima de todo y de todos. También piensan en toda la violencia gratuita que se ve por cualquier parte, que muchas quedan impunes, sin ningún castigo y parece que algunas leyes sean hechas para los delincuentes. Y así las amigas pasan la tarde, y seguramente vendrán muchas, ya que tienen la suerte de que por ahora gozan de buena salud y pueden desplazarse fácil y cómodamente hasta cualquier lugar.
Sobre todo, el cambio ha sido tremendo en el respeto a padres, maestros y gente mayor, la forma de vestir y el comportamiento de algunos jóvenes, en las escuelas y colegios. Ahora también ellas disponen de las comodidades de estos tiempos: tienen sus teléfonos móviles, reciben videos de su tierra, de sus amigos y de su gente. Incluso reciben y envian fotos antiguas de la gente de su pueblo, y se las enseñan a sus hijas que tratan de adivinar quienes son esas personas, porque ahora están totalmente distintas. No les gusta opinar sobre política, ellas nacieron en tiempos que ahora llaman de dictadura, trabajaron duro, pero nadie se metió con ellas y se limitaron a obedecer. Entonces no se votaba y no entienden mucho de temas políticos, pero las cosas que están viendo les parecen absurdas, irreales y hechas por gente tremendamente irresponsable, inmadura, egoísta y calculadora, sin importarles saltar por encima de todo y de todos. También piensan en toda la violencia gratuita que se ve por cualquier parte, que muchas quedan impunes, sin ningún castigo y parece que algunas leyes sean hechas para los delincuentes. Y así las amigas pasan la tarde, y seguramente vendrán muchas, ya que tienen la suerte de que por ahora gozan de buena salud y pueden desplazarse fácil y cómodamente hasta cualquier lugar.
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