martes, 10 de noviembre de 2015

¡VIVAN LOS BUENOS ROBINSONES!...

NOTICIA DE YAHOO, OTRA VEZ

¡¡QUÉ TENDRÁN NUESTROS PUEBLOS!!

SINFOROSA Y MARTÍN, LA PAREJA DE ANCIANOS QUE VIVE SOLA EN UN PUEBLO ESPAÑOL HACE DÉCADAS


En las montañas españolas, en un pueblo sin agua corriente, televisión ni teléfono, un matrimonio de ancianos vive aislado y feliz desde hace más de 45 años.
Sinforosa Sancho y Juan Martín Colomer, de 79 y 82 años son los únicos habitantes de La Estrella, ubicada en la comunidad de Valencia. El pueblo más cercano, Mosqueruela, se encuentra a 24 kilómetros por una carretera angosta bordeada por barrancos. Un hijo, con su esposa y nieto viven en Villafranca, no muy lejos de allí.  Pero la pareja prefiere estar sola.
"Comemos cuando tenemos hambre y nos vamos a dormir cuando nos entra el sueño, sin mirar la hora", relató Sinforosa en la entrevista a la prensa española en 2014. "No tomamos pastillas y comemos lo que queremos".
Ahora, “The last two” (Los dos últimos) un documental producido por Jungles in Paris sigue la vida simple pero dura de la pareja, que labra la tierra para procurarse alimento y cuida de numerosos gatos y perros.
Un avance del material muestra a la pareja en sus labores cotidianas: Sinforosa lavando ropa en una fuente pública, Juan Martín cuidando de los animales.
No tienen reloj, y sólo consultan el solar de la plaza del pueblo cuando se alumbra; poseen un teléfono celular, pero tienen que subir al monte para que les llegue la señal. Cuentan con energía eléctrica desde hace muy poco, gracias a paneles solares.
Se les ve almorzando en silencio, uno frente a otro, en lo que debió haber sido el comedor de una instalación abandonada. Sinforosa regaña suavemente a su esposo por la cantidad de aceite que le echó a la lechuga; él sonríe silencioso.
Se conocieron muy jóvenes mientras acarreaban ganado pues ambos eran pastores y siguieron viéndose en las tabernas del pueblo, donde se hacían bailes los fines de semana. Fue el inicio de una unión que está a punto de llegar al medio siglo.
Martín les confesó a los cineastas que habría dejado el pueblo hace muchos años, pero su esposa no quiere vivir en Mosqueruela porque le devuelve el recuerdo de una hija que murió trágicamente de 12 años.
"Yo ya haría años que en verdad…Es que no puede ser tampoco. ¿Dejarla sola a ella? ¿Qué hacemos? Es un problema”, reflexiona.
Colomer recuerda que alguna vez La Estrella vivió cierta prosperidad. Tenía entre 150 y 200 residentes, incluyendo maestros, alcalde, alguacil, enterrador y cura.
“En un año, dos años, se fue casi toda la gente”, relata el hombre.
A pesar de que viven solos–recibiendo la visita de algún curioso ocasional- los vecinos de Mosqueruela celebran dos romerías anuales en el santuario de La Estrella, que al menos por unas horas devuelven la vida y el bullicio al aislado paraje donde Sinforosa y Juan Martín disfrutan algo cercano a la felicidad. 

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